La lenteja pardina de Tierra de Campos es, junto a la verdina y a la castellana, una de las tres lentejas más extendidas en la región de Castilla y León.
El nombre le viene de sus propias características. De color pardo o pardo rojizo, es de tamaño pequeño, con un diámetro que no suele superar los 4 ó 5 milímetros de diámetro.
Probablemente sean unas de las más utilizadas para cocinarlas solas, debido a su suave sabor, por ser muy finas en el paladar y por contar con un hollejo casi inapreciable que parece desaparecer durante la cocción.
Su cultivo se centra principalmente, en la comarca de Tierra de Campos, los Montes Torozos y la comarca leonesa de Los Oteros.
Para adquirirlas se puede acudir a tiendas especializadas y a los comercios de las comarcas donde se venden en envases de celofán de un kilo. Los restaurantes de la zona son otra de las vías para poder probar las lentejas pardinas.
El nombre le viene de sus propias características. De color pardo o pardo rojizo, es de tamaño pequeño, con un diámetro que no suele superar los 4 ó 5 milímetros de diámetro.
Probablemente sean unas de las más utilizadas para cocinarlas solas, debido a su suave sabor, por ser muy finas en el paladar y por contar con un hollejo casi inapreciable que parece desaparecer durante la cocción.
Su cultivo se centra principalmente, en la comarca de Tierra de Campos, los Montes Torozos y la comarca leonesa de Los Oteros.
Para adquirirlas se puede acudir a tiendas especializadas y a los comercios de las comarcas donde se venden en envases de celofán de un kilo. Los restaurantes de la zona son otra de las vías para poder probar las lentejas pardinas.